Desde hace unos días os debía un post sobre el trabajo “médico” que lleva a cabo Didi por los poblados cercanos al colegio. Como ayer tuvimos una de esas jornadas, os la describiré, al tiempo que incluyo algunos detalles (y fotos) de la anterior visita.
A este extremo del mundo no llega, entre otras muchas cosas, ningún tipo de atención sanitaria. No conozco los detalles del sistema de salud indio, pero apuesto a que apenas tardaría unos segundos en conocerlos, de lo escaso que parece ser. Lo cierto es que por estas aldeas no se ve un médico, una ambulancia o cualquier cosa que tenga lo más mínimo que ver con la sanidad. Excepto lo que tienen montado los Dadas y las Didis, que esencialmente consiste en la aplicación de técnicas tradicionales: homeopatía, acupuntura, etc. Una vez a la semana, Didi Ananda recoge los bártulos y marcha a uno de los poblados a montar un improvisado “hospital” de campaña. Ayer fue uno de esos días.
A primera hora nos montamos en el jeep, acompañados de algunas de las niñas mayores y cargados con una mesa plegable, varias sillas y un saco de medicinas. Nuestro destino, Tatuara, es un villorrio a unos dos kilómetros del colegio, al que se llega por un camino de tierra infame. Andaba el conductor salvando con pericia los baches que nos acechaban cuando al salado no se le ocurre otra cosa que invitar a Didi a que cogiera los mandos. Didi, tú te manejas, ¿no?, quería preguntarle, pero ni tiempo me dio, porque Sor Citroen, una vez al timón del vehículo, se puso a darle zapatilla, sin criterio ni cuidado alguno, de forma que estuvimos un par de veces a punto de volcar. ¡Es que no llego bien a los pedales!, se justificó ante mi mirada acusadora, pues bien que
le atizas al del acelerador, me privé de responderle. Un tanto milagrosamente, llegamos al poblado, en cuya escuela infantil montamos el chiringuito. Aunque llamar escuela a las tres casuchas que se aprecian en la foto (detrás de los dos niños) es una licencia excesiva. Hay como 200 niños allí, de los cuales la mitad tienen que dar clase sentados en el suelo. Así que la escuela termina como a las 12, porque empieza a hacer mucho calor, o directamente no hay clase cuando llueve. Éste es uno de los proyectos que tiene Didi en mente, construir una escuela decente aquí, ya os iré dando cuenta de los detalles.Lo del consultorio medico es bien curioso. En una de las aulitas de la escuela se monta la mesa, y la gente del poblado se va acercando, las mujeres cuando terminan de preparar la comida, los hombres, un tanto más ociosos, cuando les da la gana. Lo primero que llama la atención es la falta de privacidad. Mientras el paciente da cuenta de sus males a Didi, hay allí cerca, o más bien encima, hay otros 15 o 20. Ya pueden tener dolores menstruales, gástricos, musculares, allí se entera todo Cristo. Didi los escucha unos segundos y enseguida les receta algún preparado homeopático. No se cuánto de científico tiene el asunto, quizás parte es efecto placebo, pero el caso es que parece funcionar. Los preparados van en unos tubitos que contienen una especie de bolitas de anís, que se impregnan con las gotas del líquido correspondiente. Por cierto que están bien ricas, las citadas bolitas, yo a cada rato distraigo un tubito y me lo zampo.

La cosa dura unas cuantas horas,
porque cada día se atiende a unas 80 personas, así que la primera vez, medio aburrido, me fui a dar una vuelta por el poblado. Allí tomé las fotos que podéis ver, en las que se observa el pozo del poblado, que está como a unos 100 metros del mismo. Cada vez que necesitan agua, las mujeres (ey, aquí solo cargan peso las mujeres, en sus cabezas, ¡incluso en las obras!, ya os hablaré de esto) se dan el paseíto y vuelven cargadas con la tinaja. Un poco más allá está la (inmunda) charca donde los
habitantes se dan sus baños diarios. En un extremo, las mujeres, que se introducen en el agua vestidas y así se asean. Aunque tampoco parecían mostrar mucha preocupación por su semidesnudez, yo traté de pasar discretamente al lado de los hombres, donde tomé esa linda foto del nene saludándome a la Namaskár.De vuelta, se me acercó un chaval de unos 12 años quien, con un Dada, where are you going?, mostraba a las claras que tenía ganas de palique. En realidad, de estar conmigo un rato. Poco más ingles sabía la criatura, y nuestra conversación estaba un tanto stuck. En un momento de inspiración, acertó a pronunciar un Dada, see home? que me hizo acompañarle a su choza de barro (por cierto, mi inglés, lejos de mejorar, está convirtiéndose en algo semejante a lo que utilizan los indios –los otros- en las películas del Oeste). Y allí estuvimos un rato, sentados uno al lado del otro, sin mucha conversación, pero sí muchas sonrisas mutuas. Desde luego, al chico, como demostraba su cara de felicidad, le bastó.
Ayer, sin embargo, tenia una misión: ¡era el fisioterapeuta titulado de la expedición! (ejem, bueno, no me han homologado todavía el título en la India, pero es que ya sabéis que estos trámites son siempre farragososos ;) ). Así que en un momento dado, Didi me encargó que me pusiera, manos a la obra, con los aceites. Claro, no es lo mismo ponerse a dar masajes a las féminas, una de las artes amatorias que más fama me han proporcionado all over the world, que hacerlo con unos tipos que, por los horrorosos trabajos que desempeñan, tienen todo tipo de dolores musculares y articulares. Así que, con el único objetivo de no desgraciar a nadie, me puse al tajo. No debió de salir mal del todo, porque mi primer paciente, un hombre de avanzada edad, que al principio parecía dolerse únicamente de la espalda, según avanzaba el masaje iba descubriendo nuevos dolores, ora en la pierna, ora en los brazos, de suerte que acabé por masajearle todo el cuerpo. Curiosa la sensación, por cierto, la de dar masaje a un cuerpo que prácticamente era solo huesos y pellejo. Mi segundo paciente era un tipo de unos 40 años, pequeño, como todos los de aquí, pero increíblemente recio: no es que fuera musculoso, que aquí la dieta proteica no da para tanto, pero oye, me costó lo suyo. Acabe sudoroso, fundido, pero con cierta sensación de haber sido útil.
Creo que lo dejare aquí, que se ha vuelto a ir la luz, y la batería del ordenador empieza a emitir quejidos lastimeros. Como ya se cumplen dos semanas desde que llegué, creo que mañana escribiré un post en plan balance, con lo que he vivido hasta aquí, las impresiones que he sacado, y mis planes para lo que me queda. Hasta mañana entonces.
4 comentarios:
Uff! Alguien dijo en comentarios anteriores que se pierde uno un par de días de Blog y luego lleva una jornada entera ponerse al día, ¡pues si! y mas habiendo estado una semana..."out of order"... Por fin he llegado al de hoy y tan al día me puse que por primera vez haré el primero de los comentarios.Liro lirooo.
Aunque creo que ya lo había dicho: uno se engancha en seguida a la lectura! y tanto se transporta al lugar que hasta parece que se oyen las risas y las sonrisas (aunque esa divina... no fuera la mía).
Sobre tu reto furgolero a las feminas ( risa me da) creo que te daríamos un baile de campeonato!, así que yo me pensaría mejor aquello del partido para cuando vuelvas ( si vuelves). Una que tiene dos hermanos, al poco tiempo comprendió la inutilidad de preguntar:¿A qué jugamos? cuando se hace lo que la mayoría dice y solo llevaba mis muñecas al jardín para colocarlas de público a lado y lado del imaginario campo; eso me reportó hacer meritos para pertenecer al equipo femenino de jurgol 3º,4º y 5º de primaria ( mas tiempo que mis hermanos jijiji) En secundaria jugue baloncesto (el comentario al respecto me lo quitó un blogero anterior ante la evidencia de la foto... juajuajua) y volley-ball ( así se escribe). En fin, que poco o muyyy poco ibas a hacer tu aún acompañado de las Viejas Glorias ( y no me estoy metiendo con semejante equipazo ¿eh? pero es que vuestro amigo es muy osado).
No quisiera leer que el comentario de Sor Citroen iba por derroteros parecidos...(que las mujeres conducimos fatal blablabla) pero bueno, lo paso por alto..porque no sé que tal se te dá hacer trompos...ja!
Yo esperaba que en la tienda de animales y ante los collares para "guaus" utilizaras de nuevo la mímica para explicar que necesitabas tres de los que son para no rascarse...jajajaja. Llegados a ese punto ¿Porqué no? Ah ya ,por el tren...que se iba y luego casi que otra vez. También me imagino la horrible sensación...ufff.
Aunque se te dé bien (yo no lo sé) ojo con los masajes, no muy fuertes ¿vale?. Por si acaso.
Seguro que en todos los sentidos harás mucho bien, a mi se me antoja que donde casi más: en las conversaciones de dos palabras inhundadas de sonrisas :). Qué momentos mas sencillos y a la vez mas ricos en sensaciones...me encantan!
Sigue disfrutando y dando tanto pues también es palpable todo lo que estas recibiendo a cambio. Estoy de acuerdo con que renueves tu foto del Blog a una de ahora, ahora de indi o hindú (dinos tí cuál es correcto)Abunda el azulito...¿Tiene algún significado? o es solo porque despues del blanco es el que mas "libera" del sofoco?. Lindiiisimos los uniformes de las nenas! Y también estoy con quien pide mas explicación sobre lo de las castas .¿Porqué las pobres mujeres del carbón eran consideradas "parias"? Se me queda algo en el tintero pero no doy con qué es...será en el próximo comment.
cuidate.+ besos
La Roja 1 Turquía(¡Mucha Turquia!) 0
Que de todo tiene que haber en la viña del señor
Dad
Pero ya estamos metiendonos con las mujeres, pues que sepas que he conducido coches de Formula 3000 en Montmelo y aquí sigo.
Tambien he cruzado desiertos en Australia.
Pero hay que tenerlos bien puestos para permitir que la Didi maneje el camión.
La ventaja de tener un amigo fisioterapeuta, es que cuando las mujeres jueguen el partido prometido tanto de "furgol" como de baloncesto ya tienen quien de lo masajes.
Yo creo que la paso que vas y con solo 2 semanas de permanencia, no solo vas a escribir una novela sino una trilogia y además podras hacer peliculas, aunque en la de Slumdog Millionarie ya nos aproxima bastante a la vida en la India.
Besos y sigue conectandose y cuidado con los masajes muy fuertes.
Por las fotos que has puesto, esa zona parece un secarral. ¿De qué vive la gente, tienen cultivos o ganado? Y si hay alguna enfermedad grave, hay algún recurso médico, aunque sea lejano? Por ejemplo, qué hacen con los lesionados por el excesivo celo de fisios en prácticas? :-)
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