No, no tema el lector, que el título de este post no le confunda y le haga pensar que se trata de un nuevo relato erótico. Porque aunque hoy es noche prima, la primera realmente merecedora de tal nombre (el 2 añade a su cualidad de primo la de ser par, y esa suma lo convierte en algo aburrido, así que quedó descartado pronto), me parece que mi poco reflexionada promesa de alimentar los turbios arrebatos del lector con relatos onanistas, a ritmo del metrónomo de los primos, me viene algo grande. Un par de intentos apresurados no han llegado más que a producir unas cuantas líneas confusas, sin mucha gracia… y demasiado guarras.
Aunque quizás no, quién sabe, todavía queda día… ;)
Hablando del día, no se me olvida que, como marca la tradición impuesta al alimón por el imbatible binomio Iglesia-Corte Inglés, hoy es el día de nuestras santas madres. Así que, ¡alborozo, celebración!, felicitaciones para todas ellas. Y para la mía, ¡muuuuucho más!
No, las interrupciones, los casi sí pero no, los “no jodas que ya…”, a los que hace referencia el título tratan de describir cómo fue mi día de ayer, cuyos detalles quiero compartir con vosotros. Para empezar, llovió. Aunque seguramente decir esto es una descripción algo optimista. Porque el día se levantó nublado, se mantuvo tormentoso y se volvió a acostar amenazando lluvia pero, pese a la expectación creada, al final no se decidió a llover de verdad, salvo una gota (literalmente, una) que acertó a caer sobre mi melón en cierto momento, pero que finalmente no fue acompañada por sus esperadas compañeras. En todo caso, el ambiente se refrescó, y como parece que en otras partes del distrito sí que llovió, albergamos esperanzas de no morir aquí achicharrados en los próximos días. Revisando datos en internet, por cierto, descubrí que el miércoles pasado llegamos en realidad a los 49.2 grados en el distrito de Purulia. Yo creía que esa temperatura rebasaba el punto de ebullición del ser humano.
Tras una mañana dedicada a labores docentes (aquí los sábados son lectivos), teníamos el plan de ir por la tarde a Jhalda, de compras, con Kenny y la carabina que tocara seleccionar. Pero la camioneta (la verde, la del tipo que se regocija poniéndome en el loro los últimos éxitos musicales del panorama hindi, ya las tengo todas clasificadas), según llegó a la puerta del colegio, dio un estampido, así, pum, crash!, y segundo interruptus del día, allí se quedó. Ignoro si fue la tapa del delco, la junta de la trócola o los manguitos, pero el bicho se negó a seguir su camino ni a transportar a nadie.
Visto el panorama, y según se acercaba la hora del clásico, no pude evitar pensar que al final se cumplirían mis más negros presentimientos, ¡venga el tercer interruptus del día!, ése que afectaría a la inmaculada trayectoria del equipo de mis amores, todo el año jugando de gloria para acabar en el matadero del Bernabéu. A estas alturas todo el mundo sabe que no fue así, y he dedicado la mañana a leer las crónicas… por cierto que he visto en ellas expresiones como “histórico”, “las generaciones futuras lo recordarán”, que quizás deberían estar reservadas a llegadas a la Luna o al descubrimiento de la vacuna contra la viruela, pero en fin. Descontando la pasión incontrolada de los llamados periodistas deportivos (que, salvo mi adorado Enric González, Pepe Sámano, Juanma Trueba y alguno más, no valen ni para tomar por culo; Cebrián, te lo digo por segunda vez: ¡fíchame, pero ya!), debo decir que estoy contento, claro. Más que por el resultado tenístico (aunque no suena mal, reconozco), por lo que parece haber sido una exhibición de estética, buen gusto y sentido operístico del fútbol. ¡Bien por mis chavales! Aunque conozco de la importancia del sudor, el esfuerzo y el convencimiento en este juego (ninguno de ellos me adornó durante mi carrera futbolística, por eso los sé apreciar como merecen), ya era hora de que se reconociera que lo que aquí cuenta es jugar bien el balón y hacer disfrutar a la gente, con el añadido de la cuota de respeto por el contrario que me parece destila el Guardiola team. La elegancia, desde Petronio y Beau Brummell, es un grado. Celebrémosla.
Pero aunque el resultado final no fue el interruptus que temía, la forma en que lo viví sí, y muy divertido. Como sabéis, la conexión que tengo aquí a internet es antediluviana (ay, cómo me gusta la versión alternativa, divertido patadón al diccionario, esa sonora y visual “antidiluviana”, no puedo evitar imaginarme a un tipo allí, enfrentado él solo al diluvio que viene, ¿lo están viendo?). Acostumbrado a ADSLs, bandas anchas, velocidades ultrasónicas, esta conexión a la antigua usanza, la de aquellos tiempos del módem 256K, me exaspera, me pone completamente negro (justo el color que no consigo acabar de pillar aquí, que sol no nos falta, pero pudor y prohibiciones de mostrar mucha carne nos sobran; moreno de obrero y basta). Organización: abrimos la Ser, ¡paaaartido de la jornada, dále, Manolo! Al tiempo, abrimos una página, puede ser el As, El País, quizás hasta algún deportivo polaco, una de ésas que van poniendo lo que va pasando cada minuto. Porque la conexión con la Ser es intermitente: contacting to media, opening media, buffering 25%, 46%, 90%, “espera, esperaaaa, que la coge Meeesi, ojo que se va de Cannavaro, toca para Iniesta”… (interruptus) contacting to media, opening media, buffering 15%, 54%, 97% “Cañizares, ¿cómo ves al Madrid?”. Pero, ¡coño!, ¿y entre medias qué ha pasado? ¡Qué desazón, qué nervios! Me voy a otra pagina, actualizar, venga, cabronaza, actualiza rápido, que estaba atacando el Madrid. ¡Gooooooool de Higuaín!, cagüenla, ni 15 minutos, ya empezamos, esto es el fin. Al menos no tengo que soportar a Manolo Lama con lo de “goooooool del que nunca hace nada”. Me pongo nervioso, se impone un paseo, salgo de la habitación, más que nada por airearme, que entre la temperatura ambiente y la que sumo yo con mis nervios, empieza a ser un cocedero de mariscos. Vuelvo, la Ser trying to reconnect, venga por Dios, miro la otra pagina, ¡1-1!, Henry, vida mía, pero si estabas más acabado que la Falange, qué bueno que despiertes hoy. La Ser conecta por fin, “Goooooool del Barcelona”, pues si que están buenos éstos, van con retraso. Ay, que no, que es el segundo, no me lo creo. ¡Y el tercero, Messi!, aunque en éste tardo en enterarme, pues se corta a cada dos palabras y temo que haya sido el empate. Pero no, así siguen cayendo, en un continuo goteo que yo vivo con incredulidad e aleatorias interrupciones de la conexión. En cierto momento, una frase del comentarista me deja de lo más tranquilo: “señores, esto es una exhibición”. Pues eso, ¿a quien le importa si al final no se gana? Aunque se ganó, por lo que cuentan (y apenas pude entreoir) muy bien además. Ahora, a ver si podemos con los toscos del Chelsea.
Eso será la semana que viene, una semana de lo más particular aquí. Ya estamos en mayo, y he empezado a contar, por vez primera, los días para atrás. Solo algo más de, ¡ay!, 20 días me quedan aquí, y con una pila de cosas por hacer (que, a poco que necesite la colaboración de algún local, no me dará tiempo a terminar, seguro). Para empezar, la semana que viene me quedo casi solo en el colegio, Didi Vratiisha se marcha a Purulia, pues tiene los exámenes (está estudiando el degree en homeopatía), y Sunita se va a su casa a votar y a ver a su familia. Mis dos bastiones me abandonan, que será de mí. Bueno, ya nos apañaremos. Luego, el fin de semana, mi cumple (habrá celebración) y la boda de Sibani (¡boda tribal!). Lo digo por si los ansiosos están echando cuentas de los posts que vienen por delante. Cumple, boda y viaje a la playa son los próximos éxitos de taquilla (estrenos en las próximas semanas). Junto con los tantas veces postergados sobre Sunita, las castas, más detalles sobre la vida en el colegio y muuuuuuchas fotos, creo que aún harán que estéis pendientes de esta ventanita. Y bueno, quizás entre medias haya alguna sorpresilla más ;)
Besos a todos.
PS: Una petición al margen: ¿alguien por ahí puede hacerse con una versión de Windows (XP, por ejemplo), pero que esté en inglés? Si es así, que me ponga un mail y ya arreglamos los detalles de envío.
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3 comentarios:
felicidades a los pocos cules que lean este post, te perdiste un partidazo de los que hacen historia pero no muy diferente a casi todos los que ultimamente nos tiene acostumbrado el barcelona.
Eso, felicidades a todos los que se han alegrado por este triunfo ( primer vértice del triplete). Yo...no es que no me haya alegrado, pero es que a pesar de que fueran todos espectaculares y desde el FN se vieran muy bien...( por no decir que nos los ibamos comiendo con patatas) el resultado tenístico, como dice Pablo, fue para los blancos penoso. Hala, que disfruteis...hhh...
Tristemente me perdí el partido porque estaba en la boda de Milito, pero las continuas noticias que llegaban a través de la radio de parte de los viejos y jóvenes enganchados al transistor/cascos según el caso, no dejaban de fomentar la incredulidad entre el escaso reducto de culés que se regocijaba mientras degustaba las viandas extremeñas. Supongo que son buenas noticias, pero temo al chelsi (entiéndase, no me refiero al bar de dudoso prestigio, ese es de confianza y siempre te dan lo que pides, digo al equipo).
Besos,
Cuba
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