El partido en sí formaba parte de un día de fiesta en conmemoración de un señor del poblado, supongo que ilustre, que murió hace unos años, no me enteré bien de los detalles. Lo primero que me llamó la atención es que me citaron… ¡para las 7:30 de la mañana! Nunca me había visto en el trance de jugar un partido a esas horas, casi de madrugada, aunque luego entendería la conveniencia de tan temprano horario. Así que, acompañado por Arni y Didi (alias Kenny) Toparati (Didi Vratiisha se había ido a Kolkata) y un par de niñas más, nos encaminamos a donde se estaba montando el jolgorio. El paseíto ya me sirvió de calentamiento, que esto estaba más allá del poblado cercano, pasando la vía del tren (vamos, cruzándola de aquella manera que se imaginan), como a unos dos kilómetros del colegio. Didi se había empeñado en que me pusiera una gorra, por lo de los calores, pero entre mi notable volumen craneal (que no capacidad cerebral) y que la gorra debía de pertenece
r a alguna niña, mi estampa era patética. Cuando llegamos al lugar, los chavales estaban ya calentando, ojo, uniformados ambos equipos, unos de amarillo y otros de rojo, incluso luciendo flamantes deportivas algunos (aunque la mayor parte de ellos jugaron descalzos). Así que, sin más dilación, y provisto del pertinente silbato, mientras Didi y Arni se acomodaban en sus sillas, me dispuse a afrontar mi debut arbitral por estas latitudes.El campo donde se disputó el partido reunía ciertas peculiaridades. Para empezar, no se puede decir que sus medidas fueran muy reglamentarias, digamos unos 60 por 30 metros, pero el tamaño de los equipos (9 jugadores por bando) se ajustaba a las dimensiones. Más curioso era que, allá por donde los comentaristas radiofónicos darían en llamar la línea de tres cuartos, como a unos 10 metros de una de las porterías, se alzaba un árbol, un magnifico ejemplar, por cierto, que, como uno más, participaba en el juego añadiéndole un ingrediente aleatorio, el que producían los imprevisibles rebotes del balón en su tronco y ramas. Aunque el terreno de juego era relativamente regular, los corners estaban situados en unas elevaciones, y así parecía que el lanzador se encaramaba a un púlpito al ejecutar cada saque de esquina. Pese a la indudable ventaja que proporcionaba esa atalaya, no dejó de maravillarme que un tipo consiguiera un golazo olímpico (para los profanos, gol de corner directo). Por cierto que con el impacto previo con el poste consiguió derribar la portería, que por otra parte no eran sino tres tallos de bambú hábilmente entrelazados. ¿Y el juego en sí? Pues en fin, no puede decirse que estuvieran sobrados de técnica y táctica, pero interés y entrega sí que le ponían. Además, eran sorprendentemente ágiles, y parecían hallar especial satisfacción en la ejecución de chilenas, a las que se entregaban aunque la jugada, en interpretación purista, no lo requiriera. Tanto es así, que en algún momento aquello me recordó a ese absurdo deporte, no sé si lo habrán visto alguna vez, una especie de voley que se juega con los pies, dos contra dos (deporte que, por otra parte, únicamente está al alcance de las ligeras anatomías de tailandeses voladores). En cuanto a la labor arbitral, las crónicas del día posterior afirman que pasó inadvertida, lo que, siguiendo el tópico, es lo mejor que se puede decir de un arbitraje. Aunque al principio mostraban reverencial respeto por mis decisiones, según iba avanzando el partido y la cosa se iba encabronando, empecé a detectar que algunas de sus miradas ya no eran tan cariñosas como al comienzo. Pero no hubo tiempo para comprobar cómo era una tangana en versión india, porque tras el enésimo pinchazo del balón (que las ramas de los arbustos que rodeaban el campo eran más bien afiladas lanzas), las artes reparadoras del artista del hilo y la aguja ya no fueron suficientes para remediar el maltrecho cuero, y el partido tuvo que darse por finalizado. Con el compromiso de reanudarlo en hora y lugar que se señalarían en su momento. Espero impaciente ese momento, en el que pediré además que me dejen jugar, que la labor arbitral me deja notablemente insatisfecho.
Visto que el plato principal de la fiesta
había tenido ese inesperado desenlace, el animador del cotarro (un tipo altavoz en mano) anunció que pasábamos a celebrar el resto de las competiciones. Para empezar, una carrera en la que los nenes pequeños, con las manos atadas a la espalda, debían correr hasta una cuerda, donde les esperaban esquivas y giratorias galletas colgadas de hilos. Que seguro que más de uno de los nenes pensaría para sí que por qué no le atarían las manos a la madre que los parió (el clásico empeño de los
mayores en considerar graciosas -míralos qué ricos, ay, qué simpático, mira cómo se ha dejado los dientes en el suelo- lo que más bien son trances humillantes), pero la cosa estuvo divertida, y en las fotos que adjunto podréis apreciar unos momentos de la competición. Hubo también carreras para las chicas, para los chicos, en fin, para todos. Con el imaginativo complemento de la carrera de mujeres con cántaros en la cabeza, cuya habilidad para no derramar el agua que contenían m
e dejó entusiasmado. Los premios para cada una de estas competiciones, modestos pero útiles, eran unos platos de acero (en tres decrecientes tamaños, para cada uno de los ocupantes del podium), que había comprado en Purulia unos días antes. Mientras tanto, yo me dedicaba a hacer fotos a los nenes, que me rodeaban en número cada vez más abundante. Su fascinación por la tecnología es enorme, imaginaréis, y cada vez que comprobaba en la pantallita cómo había quedado la foto, descubría inmediatamente unas cuantas cabezas mirando asombradas por encima de mi hombro. Por cierto que para ent
onces ya se habían sumado a la fiesta como espectadoras el resto de las mujeres del poblado, supongo que tras cumplir con sus labores domésticas. Pero ya daban las 11, el calor empezaba a ser apabullante, y optamos por retirarnos a nuestro refugio, con lo que dimos por concluida nuestra alegre jornada de fiesta por los poblados. Yo espero impaciente la continuación.Besos a todos.
5 comentarios:
bonísima descripción de partido tiembla Andrés montes y salinas, partidazo del barca 4-0 al bayerm messi "inmessisimo" bueno espero hayas podido aguantar para verlo.....
I promised myself that it would not change the language but I recognize my limitations to express myself clearly. I guess my insanity carries a high level, jejeje.
The photos are fantastic, I am pleased that a person should consult if you put them on this page he / she said "yes". We have lost great snapshots.
I've been asking questions here and there. It's really difficult to organize something important (because of the bureaucracy) to channel aid for girls, but not impossible. While I believe that all your friends / family there are people who know more than me for this. Has anyone thought about something?
Anyway, a lot of you enjoy your stay and thank you for extending the photos of the post. What looks so beautiful with the children there!
Greetings!
Bueno, bueno Sr. Arbitro.
La verdad es que suena un poco masoca, que en un sitio donde parece que hay hambre, el premio sea una galleta giratoria.
He estado dandole vueltas al tema de la colaboración y he recordado que tengo un conocido que va a la India 1 o 2 veces al año, para llevar dinero a unas monjas con las que contacto durante su primer viaje. Lo que hace, es comprar todo aquello que se necesita, muebles, ordenadores, camas, etc...
Lo compra el personalmente y lo entrega en el colegio, de esta manera se evita que por el camino, los bancos, el estado, etc, se queden con el dinero y atiende de esta manera a las necesidades de los niños. Igual se prodría intentar pagar al profesor de informatica del próximo curso, además de la danza y la musica.
Besos
La jueza bailarina
Llevo muchos días de retraso!!! La semana santa, las presentaciones y demás han hecho mella en mi continua puesta al día de tus aventuras! Espero poder conseguirlo para el final de la semana!! Pero por las fotos veo que sigues estupendamente, aunq.... en manga corta???? Ays!!!
Bss
Me gustaría verte arbitrando a tu hermano. Ja,ja. Con lo "pesao" que se pone con ellos. "Señor, no tiene usted ni puta idea".
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