El sabor de los premios

Este lunes fue uno de los días más largos que he vivido aquí.

Por la mañana tuve que ir otra vez a Bokaro, porque la fuente de alimentación de mi ordenador se había estropeado. En realidad, aquí venden los ordenadores de sobremesa con una unidad externa dotada de unas baterías, que es la que permite que el ordenador siga funcionando, al menos un rato, cuando se va la luz. Pero se ve que ésta no ha podido soportar los continuos vaivenes de la luz, que estos días atrás fueron horrorosos, apenas teníamos 3 o 4 horas con electricidad al día (ni me imagino qué puede ser en la estación lluviosa, que es cuando dicen que la cosa va peor). Ir a Bokaro empieza a ser una pesadilla, y todavía me queda una visita al menos, para recoger la unidad cuando la tengan arreglada. Me dijeron que me llamarían en 4 o 5 días, lo que traducido al indio supone dos o tres semanas. Como tenía que pasar toda la mañana allí (solo hay un tren de vuelta a las 2 de la tarde), pensé llevarme a algunas de las niñas mayores, que supuse disfrutarían de una sesión de shopping. En particular, quería llevarme a Nilima y a Lacki, que me echan una mano en muchas cosas, y además son de los poblados cercanos e imagino que no han tenido muchas oportunidades de viajar (por ejemplo, Shaki, mi aventajada alumna de matemáticas, se fue ayer unos días a Calcuta, para hacer no sé qué curso, y era la primera vez que viajaba ¡en tren!). Pero no me dejaron, no lo vieron adecuado. Es comprensible, aunque, con lo fuertes que son las dos, si intentara la más mínima con ellas, me molerían a palos :) Así que me llevé a dos de las peques, a la inevitable Rupa y también a Pudnima. Las pobrecitas aguantaron toda la mañana, horriblemente calurosa, sin rechistar. Pero creo que se aburrieron bastante, pese a que periódicamente las sobornaba con un helado o unas chuches. Y es que, pese a que estuvimos toda la mañana paseando por las tiendas, que en Bokaro hay bastantes y razonablemente surtidas, no parecía que aquello les entusiasmara. Me dio la impresión de que les resultaba todo lejanísimo. Por ejemplo, nada más llegar, busqué una cafetería para tomar algo de desayuno, o al menos un refresco. Aquí no hay bares, ni nada que se le parezca, no creo que un español pudiera sobrevivir mucho tiempo en este mundo, jaaaa. Pero este chiringuito de Bokaro, que en realidad era una tienda de dulces, tenía al menos una pinta parecida a la europea, con sus banquetas altas, sus mesas redondas. Pues las nenas ni sabían cómo sentarse, estaban completamente perdidas. Por las tiendas, apenas nada les llamaba la atención. Si acaso, ante algunas de ropa, que lucían vistosos saris en sus puertas, sí que mostraban cierto entusiasmo. Aunque indefectiblemente se sentían atraídas por los modelos más horrorosos, de colores chillones y con todo tipo de pedrería incrustada, despreciando otros elegantísimos que había a su lado. Si al final rapto a Rupa, voy a tener que darle un curso de reciclaje estético acelerado :) Mi conclusión es que, queridos compatriotas, pese a que multitud de estudios puedan indicar lo contrario, el consumismo no viene impreso en el código genético del ser humano. Y que nuestra increíble capacidad para malversar cantidades inimaginables de horas paseando por los pasillos de Zara, Mango, Ikea o incluso Carrefour no es virtud de la evolución, sino defecto adquirido (aunque contagioso y firmemente consolidado).

Por la tarde, en el poblado se celebraba la gran gala de entrega de trofeos de las competiciones de que os di cuenta en un post anterior. Habían montado un pequeño escenario y un primitivo aunque eficaz sistema de sonido. Cientos de personas esperaban expectantes, sentadas algunas en banquitos, la mayor parte en el suelo. Los niños de la escuela primaria llevaban unos cuantos días preparando su actuación, con Sunita, Sundipa y Onupria de profesoras. En la casucha que había detrás del escenario (vamos, el backstage), los niños y niñas se preparaban, peinándose los unos, maquillándose las otras, envueltos en una excitación comprensible. Podéis ver estos preparativos en la foto. Los notables del pueblo estaban reunidos, organizando el evento. La masa esperaba fuera. Una de las Didis nos dijo que íbamos a estar en el estrado, entregando los premios, y nos amenazó con que tendríamos que dar un discurso. Vaya papeleta. Así que nos subimos al escenario, Arni y yo, acompañados de dos Dadas (uniforme naranja, turbante blanco, pobladas barbas) y el que supongo sería el equivalente al alcalde del poblado. Debíamos de componer un buen cuadro, siento que, por razones obvias, no tenga fotos del momento. Los Dadas se largaron unos larguísimos speechs en los que, supongo, glosaron las virtudes de los Ananda Marga. El alcalde, avezado político, soltó también uno interminable, exhortando al pueblo a no sé qué tareas, pero el pueblo no parecía muy por la labor, porque más de uno daba cabezadas. Yo improvisé uno en el que traté de animar a los niños a que estudiaran, pero creo que la gente lo siguió con cierto interés más por lo exótico del orador que por el contenido, sobre todo si se tiene en cuenta que yo hablaba en inglés, el locutor del acto lo traducía como le daba la gana al bengalí, mientras que el público se maneja mejor en una lengua tribal que no tiene nada que ver con este último (luego comento más sobre barreras idiomáticas). La entrega de trofeos fue más entretenida, porque los niños premiados recogían con enorme ilusión sus regalos; pronto me di cuenta de que, además de como orador invitado, estaba allí en el papel de benefactor, porque había comprado todos los premios, tanto los platos metálicos como el par de balones de cuero con los que fueron recompensados los esforzados equipos del partidazo que os narré. Por cierto, con qué arrobamiento miraban y acariciaban los flamantes cueros, a saber lo que durarán en estos campos de juego. El resto del espectáculo, como todos estos saraos con actuaciones infantiles (que bien me trago yo los de mis sobrinos), fue un poco descoordinado, y en fin, medio rollete. La gente no estaba muy entusiasmada, salvo algún espontáneo que de pronto se ponía a aplaudir con fervor, desvelando así su relación familiar con alguna de las criaturas que actuaban en ese momento, supongo que diría a los de al lado el clásico “es mi chico, ¿a que lo hace bien?”, pregunta ante la que no queda más que asentir y guardarse el comentario de “pero si es un soso, ya verás cuando salga el mío”. De la representación del colegio, brilló especialmente Onupria, que con sus 12 añitos se largó un baile medio sensual, travestida de diosa Shiva o similar, que dejó boquiabierto al personal. La podéis ver en las fotos, con sus delicados movimientos de brazos. El acto finalizó con lo que aquí llaman un drama, que en este caso consistió en un sainete bastante divertido, incluso para los que no entendíamos lo que decían; los que lo entendían se tronchaban. Quizás siguió con algo más, pero nos tuvimos que ir, que ya eran las 11 de la noche, noche cerrada, y aún nos quedaba recorrer el par de kilómetros de vuelta al colegio en la oscuridad, apenas alumbrados con un par de linternas.

Termino este post con algunos comentarios sobre lo que viene. Debo decir que en estos últimos días, salvo por las aventuras que os he narrado, he empezado a sentir cierto aburrimiento. Las nenas están terminando sus vacaciones, el nuevo curso empieza en un par de días, y no están muy por la labor de participar en ninguna actividad, cuesta horrores conseguir su atención, salvo en las clases de ordenador, que en ésas siguen manteniendo el entusiasmo. Así que he decidido emplear mi tiempo en otras labores, como la de pintar las rejas de las ventanas de mi habitación, o trabajar en el jardín. Por cierto, me estoy divirtiendo con ellas. Pero mi mayor problema está siendo el idioma. Ahora que ya tenemos confianza, me gustaría ir más allá en mi relación con las niñas, que me contaran cosas sobre su vida, sus inquietudes, sobre lo que planean hacer, etc. Pero claro, salvo alguna contada excepción, nuestras conversaciones son de lo más pobre. Como además Didi Vratiisha sigue en su interminable periplo por Bangladesh, reina un cierto desgobierno en el cole, porque las otras Didis no tienen su mano de hierro, y todo es más complicado. Voy a esperar a que comience el curso, para ver qué papel puedo desempeñar entonces. También entonces pondré en marcha lo de los apadrinamientos, preparando unos perfiles de las niñas. Mañana es el año nuevo bengalí, tenemos una fiestecilla en el colegio, en la que de nuevo sospecho que me harán pasar un mal rato, porque creo que las niñas me van a exigir que cante una canción en español. No es que sienta miedo escénico alguno, que son bien conocidas mis capacidades vocales, no en vano se me conoce, en la noche madrileña -sección karaokes y garitos de dudoso gusto como el inefable (¡y fantástico!) Tipical Spanish- como el Camilo Sesto de Usera, sobre todo cuando me pongo a interpretar, con todo el sentimiento y a pleno pulmón, ese impresionante himno del “morir de amor”. Pero en fin, me pensaré bien el repertorio. Por la noche me voy a Calcuta, a pasar allí un par de días. Antes de irme colgaré un post, para entretenimiento de los fieles lectores, y luego estaré un par de días desaparecido. Pero prometo volver a aparecer por esta ventanita. Besos a todos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso es aburrimiento?, peor es levantarse bien pronto por la mañana, ir a trabajar,al gimnasio, cuidar niños por la tarde, a dormir y volver a empezar, preferiría estar pintado verjas o leyendo un libro tirada en una hamaca

Anónimo dijo...

Podrías canturrear aquello de: "Tengo el corazón contento, el corazón contento lleno de alegría...
Está claro que ha aparecido el aburrimiento, tanta niña y siempre tener que cargar con las mismas como que no mola. Pero tienes recursos para todo y si "en un garito medianamente cutre te llegas a transformar-¡vaya usted a saber como y porqué!- también buscarás rápidamente el medio para transformar el aburrimiento en sublime distracción. Sigues disfrutando, hazlo...

Anónimo dijo...

Si no lo miré mal cuando te fuiste, estás 5hs30min más adelante que nosotros, bueno no, tras el cambio de hora aquí a 4:30; por lo que temo que esta sugerencia llegue tarde para tu debut como cantante; y si les cantas ¿"Un barquito de cáscara de Nuez" ? ( mejor de traducir -supongo que luego te preguntarán de qué iba lo que cantaste- que Morir de amor ¿No?)Además que la hitoria es bien linda. Y cuando ya esten en modo cantar te marcas un "Hola Don Pepito, Hola Don José" para que participen y éxito total. :-) Suerte por Calcuta y Feliz Año Bengalí! :-D

Anónimo dijo...

Bueno, por fin he conseguido ingeniármelas para que me dejen conectarme desde la oficina; sin que sirva de excusa, eso ha sido un impedimento para que enviara mis comentarios de forma regular; ahora prometo mandar uno regular todos los días.
Ayer vi la vuelta del Bayern-Barca, ya te habrán contado, incluso seguro que habrás visto el partido hasta en directo, que el fútbol no conoce fronteras, pero ha habido suerte y el Barca ha llegado en la mejor forma posible a final de temporada. Ayer no fue un gran partido, pero el movimiento de balón era increíble, al primer toque, sin dar opción siquiera a hacer la falta.. en fin, una delicia, aunque el Madrid pretende contratacar con Kaká, Cristiano y Cesc, traídos por el gran Florentino (no sé si Fernández). Besos,

Cubita

Anónimo dijo...

¡Bueh! Eso de que el partido de ayer fué una delicia, no sé no se... que sí, que ya sois inalcanzables , lo llevo pensando un mes o así, y que el triplete se vislumbra en ese horizonte, pues también... a veces os dejamos, que si no ganar siempre es aburrido para la afición. :) De todas formas si que parece que algunas de las últimas gestiones son hechas por el Florentino que dices...disfrazado del otro, supongo. Aún pagamos el error de haber echado ( y de tan malas maneras) a del Bosque...en fin, otro año será. Lo reconozco.
¿Qué cantaste al final Pablo? ¿Alguna de Camilo Sesssto? abrazo y suerte en tu ida a Calcuta.

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